martes, 19 de agosto de 2008

CHI, QUERENCIA Y TAUROMAQUIA.

Una de las cosas mas determinantes es la gestion de los espacios, las querencias, y el destino.

Para ello, lo mas importante de los sentidos es el sentido.

Hay una frase que se define como "hallar el sentido de la nada".

La nada es el inicio de el todo.

Y ese todo no es nada, por eso, por su negacion se llega a su simple afirmacion.

El zen y mi entrenamiento se centra en el vacio.

La nada es parte manifiesta de ese vacio que no alcanza el todo aunque lo lleve implicito.

Esto es el marco de todo nuestro entrenamiento del chi, la querencia y la tauromaquia.

La verdadera esencia es alcanzar un sentido que de ti se ausenta.

En oriente se llama yi y es cuando ves desde fuera de ti lo que sucede.

Es un extraño don que tienen algunos deportistas que les permite tener un holograma mental de todo aquello que le rodea en el juego.

Podriamos citar a futbolistas o jugadores de baloncesto que parecen tener la capacidad de pensar donde los otros solamente ven de frente.

Es un sentido que nutre tu cerebro trasladando el marco dual de referencias de la mente a un estadio integrado de informacion donde se combinan la accion con la percepcion. Aunque lo he separado, no son dos cosas distintas.

Estamos hablando de un sentido que permanece latente en el individuo y solo se despierta si conoces donde se ubica y ademas eres capaz de desarrollar una increible energia.

Esta energia surge cuando muere el personaje.

Esta idea es increible y es una de las mas bellas muestras de trascendencia.

En un torero se dan dos seres.

Uno seria David, Juan o Pepe.

Desde ahí, no hay posibilidad de trascendencia solo se tiene importancia de si.

El torero es aquel que logra saltar a la persona y convertirse en trascendente en una liturgia que ademas el zen te faculta para ser entrenada y que suceda siempre.

Parte de los entrenamientos consisten en abrir el espacio fisico por donde corre ese "sentido de la nada".

En China lo llamaron Tao.

Los entrenamientos desarrollan un estadio de excelencia acentuado por la liturgia.

La liturgia es la purificacion trascendente de la condicion humana a la divina.

Este hecho se daba en el propio adiestramiento del samurai.

De nada sirve tu entrenamiento si no ves en cada ser su espiritu.

Ese espiritu en zen, lo llamamos no_yo y en occidente se conoce como dios.

Es un dios que no es justo, es mio.

De ahí, lo de "dios mio" pero siempre depende de la posibilidad de que siendo dios, o espiritu o no_yo, puedas ver el espiritu, dios o no_yo, de quien tienes en frente.

El espiritu de la plaza, del toro, del drama.

Drama es el espectaculo del heroe que se enfrenta a su destino y lo asume.

De forma pareja en oriente se forma la palabra "dharma".

De igual manera que el arte de ver a dios o el espiritu en todas partes se define como shintoismo y viene de "shin" que es espiritu.

Ese mismo vocablo forma en ingle la palabra brillo.

Entender que el ambito de la excelencia es un marco que recoge entrenamiento y liturgia es la conclusion mas acertada de "Chi, querencia y tauromaquia".

...no le busques sentido, no lo tiene.

miguel mochales, maestro zen.

lunes, 18 de agosto de 2008

zen, quietud y silencio.

La mayor psrte del enrenamiento del torero es zen.

Lo he denominado, quietud y silencio.

En este sentido, distingo dos espacios claramente definidos.

Hay algo que es cuerpo y es forma.

El cuerpo tiene un entrenamiento que le lleva a reventar de sensibilidad en cada paso y cada gesto.

Por eso, no hablo en ningun momento de preparacion fisica.

Probablemente este mas cercano a la sensacion de un rito religioso que puedes sentir en cada uno de tus musculos que es alimentado por una energia de fuerza de trascendencia, que la simple ejecucion de un entrenamiento basado en el estimulo fisico.

La razon es sencilla.

En toda preparacion fisica subyace una conciencia del yo, y lo que buscamos es el no_yo.

La segunda fase es todo aquello que te rodea y es intangible.

En zen, lo llamamos vacio.

Vacio no es vacuo, es un campo infinito de fuerzas que convergen en espacios y tendencias que se basan en el profundo respeto de los terrenos donde el torero y el toro se asientan.

Ese estado de no_yo, permite que en la ausencia de conciencia propia, el toro no advierta la pre-esencia de la esencia que se halla detrás de la tela y el oro.

Por ultimo, es importantisimo aunar un estadio casi yoguico de comunion con el espiritu de el devenir del universo para saber asumir en un instante uno de los terminos mas importantes que llevan a converger en un aquí y en un ahora, todos los factores concumitantes en una tarde en un toro y en un triunfo.

Es quizas este factor el que determina la verdadera clave de la esencia del zen dentro de ese conglomerado de circunstancias.

Mas o menos, la idea es, que en ningun momento importa lo que seas si no puedes serlo aquí y ahora.

Y en el siguiente aquí y en el siguiente ahora.

Es en ese instante cuando el torero se halla absolutamente trascendido.

Yo lo llamo los tres espacios.

Existe aquello que ves.

Y al verlo lo puedes modificar.

Existe aquellos que no ves, pero sabes que esta ahí. Es lo que llamo "las circunstancias" y mas o menos, desde una forma humana se pueden controlar.

Luego esta aquello que ignoras y es esa circunstancia la que obliga a entender en prospeccion aleatoria los factores que se determinan para que eso suceda de forma propicia.

Pero siempre entendiendo que la simple intencion humana no es suficiente y un gran deseo de triunfo es lo que mas te aleja.

Estamos hablando de un estado budico donde el torero interpreta el espiritu profundo de todas las cosas y asi mismo, un sentido superior que las coordina en pos de una linea trascendente y que se pierde en una infinita secuencia de complejos calculos de probabilidades que te llevan al principio de incertidumbre.

En ese momento el concepto de dios sucede como la figura de un torero universal y cosmico que tranforma la linea de la acometida del toro de la existencia en linea en una curva que tiene cite, dominio y diluccion en el vacio.

A partir de ahí se establece el éxito como la faena de un dios interno frente a la acometida del Tao del infinito.

...no le busques sentido, no lo tiene.

miguel mochales, maestro zen.

sábado, 16 de agosto de 2008

El supremo arte de la suerte suprema. (Un analisis de la verdad de la verdad)

Solo es verdad aquello que es eterno.

La eternidad es efimera a los ojos de los mortales.

Se escapa a otro tiempo.

A un tiempo sin pasado ni futuro.

A un tiempo que es vacio.

El vacio es el tiempo de la emocion de los espacios contenidos en el silencio.

Para llegar a ese parentesis del alma es necesaria la muerte.

Solo muere aquello que es superfluo.

Y entonces solo queda el gesto.

El profundo conocimiento de cada tecnica, de cada rito, de toda liturgia, tiene un unico sentido y es ese vacio conseguido con el silencio de un alma que se conecta con la pulcritud de la libertad que eleva al hombre y a quien le contempla a un reino de los cielos de la verdad.

La verdad es la elevacion de lo grosero a estadios de vacuidad y el ascenso espiritual de una via de conocimiento que te allega a sentir como inverosimil lo cotidiano y solo permaneces en el estadio heroico de aquello teñido de la grandeza intangible de lo momentaneo, dibujado en un aire de infinitos vuelos y circulos recreados de pulcra quietud e intuicion de el instante acaecido como la paz que combina la fuerza y la inteligencia en una imposibilidad de conseguir poesia sin palabras y danzas oniricas en la acritud de la acometida del ser a el no ser que se desvanece en si.

El comprender el amor en el dolor y aun asi no sentirlo.

Y el amor que se derrama en muerte de quien previamente muere.

Solo si estas dispuesto a morir previamente puedes robar, al dios de la codicia, la vida.

La vida sin vida, la muerte en vida se convierte en una utopia sucedida.

Y, como el mas bello de los amores empieza por olvidarse del si.

Soñar ante lunas en tardes de sol se convierte en oracion, en mistica, en zen, en tauromaquia, ser o no_ser.

...no le busques sentido, no lo tiene.

miguel mochales, maestro zen.